Paco Camarasa y Montse Clavé fueron los libreros de Negra y Criminal que iniciaron una revolución en Barcelona, primero, y luego en el resto del universo hispano. El viento venía de Gijón, de su Semana Negra, el entusiasmo vendedor y vitalista de Paco y la inteligencia, el sentido común y el talento gráfico de Montse. Hay personas que no han llevado la contraria a nadie y otras que allí donde van montan una revolución: Montse estuvo en La Habana antes del 68 y en París en el 68. Negra y Criminal se inauguró el 4 de diciembre de 2002 y cerró el 3 de octubre de 2015. Era una librería y un proyecto diseñado por el Sombrerero Loco: lo hacían todo al revés con horario bohemio, librería sin escaparate ni letrero, barrio impermeable a la cultura. Los best-seller eran testimoniales pero no así los ejemplares descatalogados, y América latina existía -y mucho- en el mapa. El entusiasmo de Camarasa y Clavé hizo que todos acudiéramos hasta allá como si una estrella de Belén iluminara no se sabe qué: autores, periodistas, críticos y especialmente, lectores. Cuando se critica al género que Paco Camarasa ayudó a popularizar en España y quitarle los piojos, el polvo y la caspa tanto como los prejuicios, los perdones y los no quería molestar, se tiende a obviar de manera maliciosa el punto fuerte de Paco: el lector. Paco vendía libros a lectores. No a consumidores sino a gente que quería leer. Y él te recomendaba, te quitaba libros de las manos o te agenciaba una edición más barata. A él no le importaba que compraras la edición más cara de Chester Himes sino que siguieras comprando libros de Chester Himes el resto de tu vida. A su librería, además de comprar, ibas a estar entre libros. A resguardo de la realidad, en la clandestinidad, en la resistencia, la belleza y compasión de los libros en estantes y en el sótano.
Carlos Zanón, 3 d'abril
No m'he pogut estar de copiar l'escrit de Carlos Zanón en memòria de Paco Camarasa.
Fa poquet he acabat de llegir Taxi, no és novel.la negra o sí?
És igual l'etiqueta que li posem, És genial. Recorda l'Ulises de Joyce barrejat amb Juan Marsé. Fins i tot té moments valleinclanescos, de Luces de bohemia. El protagonista un taxista pijoaparte ancorat als anys 80. L'escenari un Barcelona diseccionada en les múltiples Barcelones que hom pot conèixer i imaginar. Molt recomenable.
¡¡Aplausos!!
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